Esperanza Aguirre, inesperadamente y contra pronótico, está empezando a demostrar que entiende el significado del 15M
(11-03-15) El llamado ’15 M’ fue un movimiento ciudadano trasversal que, como he dicho varias veces, ni el PP ni el PSOE supieron entender. Creyeron que era cosa de los antisistemas que se instalaron en la Puerta del Sol y que no iba como ellos. No supieron darse cuenta de su significado. De lo que el pueblo español de todas las ideologías estaba pidiendo. Y, como también he dicho muchas veces, aquel movimiento pedía a la política española sólo dos cosas fundamentales: Participación y Transparencia.
El bipartidismo acomodado se había olvidado de estos dos simples principios de la democracia y las consecuencias estaban siendo demoledoras. La corrupción y la debilidad democrática campaban a sus anchas por esta vieja piel de toro, que se decía antiguamente. Después, fue a peor. Y la izquierda se aprovechó de esas ideas renovadoras ante la ausencia de interés de los grandes partidos.
De aquellos polvos, estos lodos. Y Podemos dijo ‘me lo quedo’. Y lo malo es que aún hay muchos políticos con responsabilidad en los dos grandes partidos que no se han enterado aún de que aquel día de San Isidro significó la puerta de entrada a un nuevo tiempo político. Afortunadamente, cada vez menos. Pero aún quedan muchos y con mucho poder en las cúpulas que se niegan a aceptarlo. Los aparatos están hechos de hierro forjado. Antiguo.
A nivel local, al menos en este Noroeste en el que vivimos, creo que los nuevos tiempos ya se notan en la política municipal. Por poner dos ejemplos cercanos de adecuación de la política a esos dos simples principios del 15M, debo señalar aquí la actuación de Elena Biurrun en Torrelodones y de Antonio González Terol en Boadilla del Monte. Hay muchos más. Y todo se andará.
Pero ahora es importante que señale que quien me ha sorprendido gratamente en esta asunción de la política del nuevo tiempo ha sido Esperanza Aguirre.
No soy partidario de Esperanza Aguirre. Lo he demostrado en infinidad de ocasiones. Y lo he escrito en muchas más. Pero, después de cinco días, como candidata electoral a la Alcaldía de Madrid, me está sorprendiendo de una manera extraordinaria. Y es que, hasta ahora, y al margen de la polémica innecesaria de su abandono de la presidencia del PP madrileño, Aguirre está hablando de política de nuevos tiempos. De política de Participación y de Transparencia. Está hablando del Movimiento 15M, ese horrible diablo que tanto asusta a muchos políticos del siglo pasado.
(Anoche, mientras escribía, pensaba si este cambio no será consecuencia de lo que Aguirre sufrió con la ocupación de la Puerta del Sol, donde está la sede de la Presidencia de la Comunidad que ella ostentaba en aquel momento)
Y es que, la candidata del PP a la Alcaldía de Madrid ha empezado a apostar por la sencillez (dice que vuelve a la Casa de la Villa y abandona la ostentosidad del Palacio de Cibeles), por la transparencia de su gestión (quiere que todo lo que haga quede a la luz de los vecinos de Madrid) y va a poner a disposición de los ciudadanos un número de teléfono, distinto a su móvil personal, para que los ciudadanos puedan mandarle ‘whatsapp’ con sus propuestas y sus críticas, “que serán muchas”. Es más, según ha explicado, que tratará de contestar ella misma los mensajes. Esto será complicado por falta física de tiempo.
Esta idea del ‘whatsapp’ se la inventó Antonio González Terol hace una cuantas semanas y ha sido imitada ya por algunos candidatos a alcaldías de la Región. Pero sorprende que la acepte la ‘soberbia’ Aguirre. Porque no es fácil tener que escuchar lo que escuchará a través de ese popular medio de comunicación y, encima, contestar. Esperanza no quiere el viejo asalto al ciudadano en la calle que tanto coarta, quiere la participación del ciudadano desde su propio ambiente. Incluso, desde el anonimato.
Es cierto que recibirá insultos y descalificaciones porque hay mucho friki y mucho descerebrado suelto pero esa también es una realidad de la sociedad actual.
No tengo más que decir. No pienso que le será fácil su labor. Esperanza lleva consigo una enorme mochila política a cuestas, pero bienvenida sea su nueva andadura si con ello abre caminos políticos que los grandes partidos están tardando en asumir y no acaban de hacerlo.
Arrepentidos los quiere el Señor. De la política.
La Tarántula